Lluvia que suavemente caes
Deslizándote sobre mi piel
Pena que hacia mí traes
Sabor amargo como la hiel.
Abres el cajón de las lágrimas
Guardadadas con candado y cadena
Perturbando la salud de mi ánima
Cumpliendo así larga condena.
Lluvia que con fuerza caes
Haciendo surcos sobre mi semblante
A la melancolía y pesadumbre atraes
Haciendo mi pesar incesante.
Cierras tus ventanas al sol
Opacas la luz de la esperanza
Tienes las fuerzas de un crisol
Defiendiendo tu terreno a ultranza.
Lluvia que persistente caes
Anclando en mi ánimo la pereza
Alegría que de mi corazón sustraes
Déjame sólo fuerza y entereza.
Apareces aún cuando el sol brilla
Y cuando menos espero tu presencia
Recompongo mi corazón con barro y arcilla
He intento recuperar mi esencia.
Lluvia que siempre consigues
Que mis ojos envidien tu caer
Que lágrimas sobre mis mejillas derrames
Deja a mi alegría renacer.
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